Reportaje fotográfico
Hace algunos años ya, por el 2011 o quizá antes, visite con mi hermano y mis padres el Biopark de Valencia que prácticamente llevaría uno o dos años abierto poco más, y la expectación era enorme debido a toda la publicidad que generó.
Recuerdo que era verano, hacia un calor asfixiante al sol, y la mayoría de los animales, aunque no todos, buscaba lugares al cobijo de una sombra para pasar la tarde. Esto me sirvió para poder mostrar la cara positiva y la cara negativa en fotografías de lo que a mi entender suponía este nuevo 'zoológico'.
La cara positiva la ofrecía todo el espacio que ofrecían para los animales 'trending topic', los que suelen tener mayor popularidad entre los visitantes. Lo especial de pasear por un camino y encontrarte a tu paso lémures y otros tipos de animales que suelen ser sociables y no ofrecen problemas al cruzarse con la gente.
La cara negativa, que no es propia y exclusiva del Biopark, es que por mucho y bien que intentes replicar el habitad de un animal, esta replica siempre sera un falsa realidad para él. Y en el caso del Biopark hay que reconocer la buena faena y voluntad que han tenido al intentar crear un entorno agradable y digno para los animales.
El zoológico en sí no es más que otra muestra del afán del ser humano por poseer todo aquello que anhela. Y debido a la imposibilidad de ver a estos seres vivos en su habitad natural, el ser humano lo que hace es traer la montaña a Mahoma, y además hacer negocio con ello. Explotar seres vivos solamente para admirar su majestuosidad y belleza...
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